Problemas en la rodilla no desarrollados por lesiones o uso excesivo

Generalmente se piensa que los dolores o problemas que aparecen en nuestras rodillas son debidos a diferentes lesiones que hemos sufrido o por el uso excesivo de nuestras articulaciones por el tipo de trabajo que desarrollamos o por el deporte. En este post queremos mencionar el resto de afecciones que pueden conducir a problemas en las rodillas y que deberíamos tener en cuenta.

Las artritis: esta inflamación de la articulación produce dolor y rigidez en nuestros huesos. Las más comunes son la artrosis y la artritis rumanoide. En el primer caso, su dolor reside en el hecho de que el cartílago se rompe, en el segundo se produce trastorno autoinmunitario de las articulaciones que afecta al revestimiento de estas. Otras afecciones que producen las mismas consecuencias en nuestro cuerpo son la gota y el lupus.

La enfermedad de Osgood-Schalatter: otra hinchazón dolorosa que se genera en la parte frontal y superior de la tibia, es decir, justo debajo de la rodilla. En este caso se produce sobre todo en niños y adolescentes que practican deporte mientras están todavía en la fase de crecimiento. Cuando se da lo que se produce es una zona sensible a la presión y se hincha de forma leve o severa, depende del caso.

El quiste de Baker o quiste común: es un líquido sinovial que se genera en la articulación de la rodilla. Esta formación puede aparecer a cualquier edad, pero en los adultos jóvenes son producidos por casos de traumatismo con lesión en los ligamentos de la rodilla o por la ruptura en el cartílago del menisco. Por otro lado, a los mayores se les desarrolla debido a artritis rumanoide.

Las modificaciones en la piel: la celulitis suele ser conocida por su lado avergonzante y molesto; sin embargo, no debemos dejar de lado que puede dar lugar a complicaciones en nuestras rodillas. En este caso la piel posee bultos en la zona muscular debido a que las células de grasa se acumulan, empujan la piel, al mismo tiempo que los cordones largos y duros tiran hacia abajo.

No debemos dejar de lado que, en ocasiones, algún problema desarrollado en otra parte del cuerpo, como puede ser el fémur, la cadera o la tibia puede dar problemas a nuestra rodilla sin estar directamente relacionado. Puede darse el caso de que tengamos algún nervio comprimido o que el movimiento producido por alguna otra articulación produzca otro problema que se desarrolle en nuestra rodilla.

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