
Artrosis de rodilla, qué es y sus mejores tratamientos
Conoce en este artículos los tratamientos para la artrosis de rodilla.
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones en la que se produce una pérdida del cartílago articular. Lo que popularmente se conoce como desgaste de la articulación.
La rodilla se encuentra entre las articulaciones más afectadas por la artrosis. La principal causa de la artrosis de rodilla es idiopática o primaria, es decir, sin causa conocida. Afecta sobre todo a gente mayor, que sufren un deterioro progresivo de una o ambas rodillas, a menudo a lo largo de varios años.
En otras ocasiones podemos identificar un factor causante de la pérdida del cartílago, originando una artrosis secundaria, que generalmente aparece varios años más tarde de dicho factor causante. Esto sucede en pacientes que han sufrido un traumatismo, como una fractura de la meseta tibial o de los cóndilos femorales; en personas que han sido operadas de menisco, con resección del mismo; en lesiones ligamentosas, tratadas o no, como tras la rotura del ligamento cruzado anterior; o en pacientes afectos de una enfermedad reumatológica, como la artritis reumatoide.
Sea una artrosis primaria o una artrosis secundaria, los síntomas son los mismos: dolor, rigidez y deformidad de la rodilla. Naturalmente, la intensidad de estos síntomas varía mucho de un paciente a otro, de manera que podemos encontrarnos con una persona con molestias puntuales, que no le impiden realizar su actividad diaria; o en el caso extremo, con pacientes en los que el dolor y la deformidad limitan severamente su actividad diaria, con incapacidad de caminar incluso unas decenas de metros.
El tratamiento, lógicamente, es diferente según el grado de afectación del paciente. El objetivo es restaurar la función de la rodilla para adecuarla a las necesidades de cada persona. Podemos agrupar las diferentes técnicas en dos tipos de tratamiento:
· Tratamiento conservador. Evita la intervención quirúrgica. Incluye el tratamiento farmacológico, con analgésicos y antiinflamatorios, la fisioterapia y las infiltraciones articulares, bien sean de corticoides, de ácido hialurónico o de factores de crecimiento plaquetarios.
· Tratamiento quirúrgico. Comprende técnicas en las que se conserva la articulación o técnicas en las que se sustituye la articulación. Las técnicas que conservan la articulación se pueden aplicar en defectos del cartílago limitados a un área determinada, y en rodillas que cumplen una serie de condiciones imprescindibles de estabilidad. Básicamente se basan en rellenar el defecto cartilaginoso, bien con un autotransplante de cartílago, bien con la creación de una cicatriz fibrosa mediante microfracturas. Se puede hacer mediante artroscopia, sin necesidad de abrir la articulación, o mediante artrotomía, en los casos que sea necasrio exponer la articulación. Otro tipo de técnicas conservativas lo constituye la osteotomía de la rodilla, en la que se corrige una desviación del eje de la rodilla; se puede asociar o no a las técnicas descritas hasta ahora.
Las técnicas que sustituyen la articulación incluyen la colocación de una prótesis articular (endoprótesis). Se elimina la superficie articular deteriorada y se coloca una prótesis, compuesta por dos componentes metálicos (uno en fémur y otro en tibia) que se articulan por medio de un componente de polietileno (plástico extraordinariamente duro y resistente). Pueden ser prótesis parciales, cuando se sustituye solo un compartimento de la rodilla, o totales, cuando se sustituye toda la articulación.